SOS: solución a las pérdidas de orina. Parte 2

Estudio y diagnóstico
El diagnóstico de la incontinencia de orina se hace en base a los síntomas, pudiéndose establecer en la gran mayoría de los casos su diagnóstico u orientación de la causa sin necesidad de utilizar procedimientos diagnósticos complejos.
Las pruebas que más se utilizan son:
-
Exploración física: puede incluir la exploración genital y tacto rectal para evaluar el estado de los tejidos y de la musculatura de suelo pélvico, la movilidad de la uretra, el reflejo bulbocavernoso y algunas pruebas clínicas del sistema nervioso autónomo (variabilidad en la frecuencia cardiaca y respuesta de la presión sanguínea al estar de pie, por ejemplo).
-
Análisis y cultivos de orina: para descartar que no existe una alteración orgánica en la vejiga que cause los síntomas, permitiendo identificar sangre, piedras, cristales y gérmenes.
-
Ecografía: la ecografía es una herramienta clave en el diagnóstico y manejo de la incontinencia urinaria, ya que permite evaluar diversos aspectos anatómicos y funcionales del sistema urinario. Algunos de los puntos más importantes que se valoran son:
- Movilidad del cuello vesical y la uretra: esto es especialmente útil en casos de incontinencia de esfuerzo. permite observar cambios durante maniobras como la tos o el esfuerzo.
- Grosor de la pared vesical: puede indicar cambios estructurales o inflamatorios. Por ejemplo, mediante ecografía transvaginal, en la trigonitis, se observa engrosamiento de la mucosa del trígono (>3 mm), que se muestra irregular e interrumpida, a veces desprendida, con colgajos de tejido y restos libres en la orina, y un aumento del flujo sanguíneo en el Doppler.
- Presencia de prolapsos de órganos pélvicos: como cistocele o rectocele, que pueden contribuir a la incontinencia.
- Residuo postmiccional: para descartar vaciamiento incompleto de la vejiga (más de 100 ml se considera patológico e implica una disfunción del vaciado, normalmente por causa obstructiva o porque el músculo detrusor es hipoactivo)
- Lesiones en el músculo elevador del ano y otras estructuras: la avulsión o desinserción del músculo elevador del ano es la lesión muscular del suelo pélvico más importante y sucede con el paso de la cabeza fetal por el canal del parto.
-
Urodinamia: consiste en un conjunto de pruebas diseñadas para estudiar cómo funciona el tracto urinario inferior, evaluando aspectos como el almacenamiento de orina en la vejiga y su expulsión a través de la uretra. El proceso es mínimamente invasivo y utiliza catéteres delgados insertados en la vejiga y en el recto para medir las presiones y recopilar datos. Se emplea en casos de incontinencia grave, cuando no hay respuesta al tratamiento, cuando ha existido una cirugía previa urinaria y cuando existe una enfermedad neurógena.
-
Cistoscopia es un procedimiento que permite examinar y obtener una visión directa del interior de la vejiga y la uretra. Se realiza utilizando un instrumento llamado cistoscopio, que es un tubo delgado con una cámara en su extremo y se inserta en la vejiga, a través de la uretra. Se realiza en caso de que exista un sedimento patológico y una sospecha de afectación orgánica de la vejiga.

Trigonitis pseudomembranosa: cistoscopia con hidrodistensión, la región muestra una inflamación reveladora,
en patrón “de adoquines de cuento", que no se percibe en pruebas como la cistoscopia normal,
la ecografía o la urodinamia.

Uretritis crónica femenina: condición inflamatoria que afecta tanto a la uretra como al trígono vesical y puede ser causada por infecciones bacterianas, enfermedades de transmisión sexual, lesiones o irritaciones recurrentes. Es causa común de síntomas urinarios, pero a menudo se diagnostica erróneamente como VH o síndrome de cistitis intersticial/dolor vesical. Se diagnostica mediante análisis de orina, cultivo uretral y, en algunos casos, cistoscopia para la identificación de lesiones uretrales.
¿Cómo tratar?
Independientemente del tipo de incontinencia y de su causa, todas se benefician de algunas pautas claves como:
Alimentación
Si padeces infecciones de orina con frecuencia, vejiga hiperactiva u otros problemas urinarios, algunas pautas recomendadas para ayudar con los alimentos que comes son:
1.- Reducir o evitar alimentos y bebidas irritantes, acidificantes y diuréticas:

2.- Dieta alcalina: aumentar los alimentos alcalinos en tu dieta puede aportarte muchos beneficios. Los alimentos alcalinos o alcalinizantes no necesariamente tienen que tener un pH alcalino, pero se comportan en nuestro organismo durante su digestión y metabolismo como alcalinizantes, ayudando a mantener un equilibrio saludable del pH en el cuerpo. Beber vinagre de sidra de manzana dos veces al día ayuda a crear un pH alcalino en la orina e inhibirá la mayoría del crecimiento bacteriano, además de reducir la inflamación:
- Frutas alcalinas: limón, lima, melón, sandía, kiwi, uvas, dátiles, higos, mango, papaya.
- Verduras alcalinas: remolacha, zanahoria, apio, brócoli, pepino, espinacas, coliflor, col rizada.
- Hierbas y especias alcalinas: jengibre, cilantro, albahaca, romero, sal rosa del Himalaya.
3.- Probióticos de forma regular, bien en alimentos o suplementos.
4.- Hidratación adecuada: bebe agua e infusiones, aproximadamente 1,5 litros al día, pero reduce la ingesta a partir de media tarde si padeces incontinencia de urgencia para reducir la necesidad de orinar durante la noche.
.jpg)
5.- Ingesta proteica: para la recuperación de tejidos y músculos se recomienda consumir entre 1,2 y 2,0 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día. Por ejemplo, una persona de 70 kg debería ingerir entre 84 y 140 gramos de proteína diarios.
6.- Reduce alimentos inflamatorios y los que aumentan la histamina en tu cuerpo (puedes leer más sobre la reducción de la histamina aquí)
7.- Otros: vitamina E como antioxidante protector del urotelio y extracto de arándano rojo que ayuda a prevenir infecciones urinarias y fortalece las mucosas de la vejiga.
Ajustes en el estilo de vida
-
Manejo del estrés: principalmente las técnicas como el yoga, el mindfulness, realizar ejercicios de relajación, practicar la meditación, así como la acupuntura pueden ayudar con la VH a algunas mujeres.
-
Deporte: para mujeres con incontinencia urinaria, se recomiendan deportes que sean de bajo impacto y que no ejerzan demasiada presión sobre el suelo pélvico; algunas opciones recomendadas son el yoga, natación, caminar, ciclismo y pilates. Se deben evitar actividades de alto impacto como correr, saltar o levantar pesas pesadas, ya que pueden debilitar el suelo pélvico y agravar los síntomas.
-
Maniobra de Knack: es una técnica utilizada para proteger el suelo pélvico ante aumentos súbitos de presión intraabdominal, como al toser, estornudar, reír o levantar peso. Consiste en realizar una contracción rápida y voluntaria de los músculos del suelo pélvico justo antes de que ocurra el esfuerzo.
-
Micciones programadas: consiste en establecer horarios regulares para ir al baño, independientemente de la sensación de urgencia, con el objetivo de reentrenar la vejiga y reducir los episodios de incontinencia. Ayuda a aumentar la capacidad de la vejiga y a reducir la frecuencia urinaria, especialmente útil si tienes vejiga hiperactiva.
-
Tabaco: dejar de fumar disminuye la tos crónica con un menor impacto en la musculatura del suelo pélvico, y al ser un estimulante vesical, también mejoran los síntomas de urgencia miccional.
-
Estreñimiento: el sobreesfuerzo repetido para evacuar provoca un aumento de la presión intraabdominal y, como consecuencia, un debilitamiento de la musculatura de suelo pélvico, por ello, debemos buscar pautas que mejoren el tránsito intestinal.
-
Peso: si tienes sobrepeso u obesidad, disminuyendo de peso, se mejoran tus síntomas.
-
Trabajo de suelo pélvico: entrenar estos músculos durante 3 meses ha demostrado ser un tratamiento seguro y eficaz en el manejo de la incontinencia urinaria de esfuerzo y de urgencia.